En 1544, en Laspuña, Granada Sánchéz fue condenada a la horca por ser una bruja tras un juicio que hoy sería considerado sumarísimo y que empezó el 26 de marzo para acabar el 2 de abril de 1544.
El tribunal que llevó a cabo todo el proceso, fue presidido por el Justicia del Consejo de Laspuña y Ceresa, Joan Nabal, ocho consejeros entre los cuales estaba el que se ofreció a que su casa fuera la cárcel, Bartolomé de Mur; un procurador, Guillen Palacio; un notario, Antonio Ceresuela o Ciresuela.
Ocho días, tardaron en apresarla, juzgarla, torturarla y condenarla a muerte.
Anteriormente, tal vez en 1543, como lo permitían los fueros aragoneses, el Justicia de Laspuña promulgó unos estatutos de desaforamiento para castigar la brujería lo que implicaba que los acusados perdían todos los derechos que hubieran tenido en un juicio ordinario de entonces.
Granada Sánchez era la segunda esposa de Sarrat Maella quien tenía un hijo menor. Era de Banastón. No tenía buena reputación entre sus familiares.
Durante los tres primeros días del 26 al 28 de marzo de 1544, Granada negó todos los cargos. Incluso en un careo con María Marcos, otra mujer acusada de brujería, siguió negándolos. El 28 de marzo de 1544, la examinan para encontrar en su cuerpo señales indicativos de que es una bruja. No tiene pelos en las axilas....
El día 31 de marzo de 1544, el procurador Guillén Palacio, solicita que Granada Sánchez sea atormentada para que confiese. El Justicia lo aprueba y aquel mismo día proceden a los tormentos.
Casualmente ya tenían al verdugo, Juan Gayán, de Monzón que inmediatamente procedió a torturarla. Granada sufrió tres turnos de torturas. La primera vez aún las soportó. Pero a la segunda vez, confesó todo lo que querían oir los hombres del tribunal: asesinatos de niños, de animales, envenenamientos de huertos y cosechas...
El 1 de abril, volvieron a torturarla y el 2 de abril, en casa del Justicia de Laspuña, se reunieron y la sentenciaron a morir en la horca. El letrado Francisco Español, asesor del Justicia, aconsejó que se hiciera con diligencia. Seguramente, muriese en la horca. En ningún momento, Granada tuvo abogado que la defendiera y presentó alegaciones a las acusaciones.
El 12 de mayó de 1544, se subastaron diferentes bienes de Granada Sánchez y de su marido Sarrat Maella. Casualmente, el jurado que prestó su casa para ser la cárcel de Granada, Bartolomé de Mur se quedó con la parte más importante de la subasta: casas, un huerto, des fajas y un campo por unos 324 sueldos. Se subastaron 3 sayas por 24 sueldos. Pero, no dicen cuánto costó los gastos del notario, el asesor de Justicia, la instalación del patíbulo, etc....
Ajusticiaron también a otras dos mujeres por las mismas acusaciones: Jaimeta Latre y María Marco.
Su marido, Sarrat Maella, al año siguiente se volvió a casar con una mujer de una aldea de Boltaña, Martina Campodarbe. Esta 3ª esposa aportó una vaca, ropa de cama, todas sus vestiduras y ornamentos y 370 sueldos.
(Fuente del texto y video, Paz Latorre)