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12 abr 2014

José Antonio nos ha dejado.

Nos ha dejado nuestro amigo José Antonio Mairal de Casa Callizano.
Desde aqui queremos trasmitir nuestro mas sentido penar a toda su familia.
El funeral mañana domingo a las 10.00 en la iglesia de Laspuña

Manos aguerridas que tallan madera
dando golpes secos y suaves
con ternura y fortaleza. 
Manos aguerridas añejadas por el trabajo
ásperas y seguras que educan y que aman.
Ya no hay madera, agua, olor a árbol,
Todo se deshoja en el tiempo,
El hombre, el mañana,…el amor.
En los atardeceres  aun persiste el eco,
Martillos y clavos, sonido de tablas,
El sol se esconde, el trabajo desaparece,
Complicidad del hombre con el trabajo y el alma,
Valor de árbol, madera,tiempo,
Una lagrima hecha de sudor y amor…



4 comentarios:

  1. Deseo transmitir a su familia, el más sentido pésame de parte de mi familia y mía.
    Lo recuerdo, como los recuerdo a todos, sin excepción.
    Con su madera, el montón de aserrín bajo la maquinaria. Con un cigarro en la boca, su gorro, infaltable en invierno y verano; otro cigarro, y otro más. Unos vasos de vino, alguna cerveza.
    Mucha presencia solitaria; su hablar calmado, su sonrisa lenta....
    Su falta de pelo por culpa de un gorro en la mili.
    Siempre conversaba con él, pero nunca en profundidad.
    Hombre especial, creo que imposible de conocer, pero simple, artista de la madera.
    Descansa en paz José Antonio; lo que sufriste con tu enfermedad, fue suficiente. Un abrazo

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  2. En estos momentos tristes para todos me vienen a la memoria aquellas tardes pescando, tu saber estar el el taller, tu gorro en invierno y verano, y tgantas anecdotas de la vida cuotidiana.
    Por mucho que esperaras el triste desenlace, siempre nos llena de rabia y tristeza.
    Un abrazo para todos de:
    Mariano Altemir y Dolores

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  3. ¿Ya ha vuelto José Antonio? Le pregunté a su madre dos o tres días después de irse a la mili.
    Seña María me miró extrañada.
    -No j'alía, falta mucho para que vuelva.
    -Pero si ya hace un año que se fue!.
    Todos se echaron a reír, pero a mi no me parecía cosa de gracia, tal era la falta que le encontraba subiendo y bajando por la calle y trajinando en la carpintería. Además, ¿quien nos iba a dejar jugar con las maderetas a Sara, Isa y a mi? Con las horas que nos pasabamos en aquel banco clavando puntas y pidiéndole cosas, a las que el pobre nunca nos sabía decir que no...
    Esta vez va en serio, y la pena es más profunda, pero estoy segura de que algún día volveremos a vernos, vecino, amigo....nunca te olvidaré.
    Mari Paz.

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  4. Alli donde estes recibe todos mis respetos y sobre todo un gran abrazo.Me he acordado muchas veces de ti en tu enfermedad y deseo de corazon que Dios te haya dado la tranquilidad que mereces.Mis condolencias para toda su familia.

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