Acabo de leer la revista O'fogaril y he sentido nostalgia con el texto de Trini ,los recuerdos de una epoca se han agolpado en mi mente y he vuelto a bailar la canastera y el tintan, he vuelto a sentir la rabia quinceañera de aquel dia que el Sr.Marin me hizo limpiar (solo me pesco a mi, los otros corrieron mas que yo) la pintada que hicimos con tiza y que decia ¡¡VIVA LA LIBERTAD!!,¡¡VIVA EL FRELISO!!,nuestros medios eran escasos y rondaba el año 76. Buenos momentos los vividos en el Insti amparados bajo la proteccion del Frontón.
Aqui os dejo el escrito para que podais leerlo.
.-Texto integro publicado en la revista O'fogaril:
El frontón se nos fue para siempre, a partir de ahora va a cumplir su verdadera función de muro o pared sobre la que se adosa un nuevo edificio con objetivos diferentes, las aulas formativas desplazan al espacio lúdico.
La pista junto al frontón, ya no existe. En su lugar vemos como un edificio de nueva construcción va creciendo día a día y que en un futuro muy próximo supondrá la solución para la escolarización de los alumnos del Instituto. Desde estas páginas de O Fogaril quiero rendir un sentido homenaje a un espacio que fue emblemático para el instituto, para el pueblo de Aínsa y también para el resto de la comarca.
Muchos recordaréis lo mismo que yo los partidos de baloncesto y las competiciones de voleibol, con qué entusiasmo y cuantos triunfos pudimos disfrutar en el frontón, son incontables las horas que allí pasaron personas de todas las edades y de todos los pueblos cuando en ellos no había polideportivos, en él se hicieron cenas de juventud, fiestas de carnaval, fiestas de Santo Tomás en años más remotos y una fluida actividad del dia a día durante todo el año buscando el sol del invierno o los frescos atardeceres del verano, observación de lluvias de estrellas y citas amorosas o de otra índole. Cuantos niños dieron en el frontón sus primeros pasos y no fueron menos los que aprendieron a montar en bicicleta, tampoco podemos olvidar las horas de ensayo de las danzas del Viello Sobrarbe que entre entusiasmo en unos momentos y largos periodos de semiletargo ha sobrepasado el tiempo y hoy se siguen bailando, muchas celebraciones de cumpleaños etc. En el capítulo de las infracciones también merecen un recuerdo la cantidad de tejas rotas por los escaladores furtivos que trepaban hábilmente hasta el tejado al rescate de pelotas o balones a costa de las consiguientes recriminaciones o en su caso sanciones, hubo quien vivió sus primeras experiencias en escalada ascendiendo por las tuberías bajantes del tejado, otro uso frecuente fue utilizarlo como un espacio reivindicativo para los alumnos frente al profesorado, demandas de interés poco negociables mediante un diálogo normal, o simplemente para dirigirse a algún profesor en términos no permitidos en unas mínimas normas de civismo.
También ha servido como galería de arte para osados aprendices obligados a abandonar los pinceles en el primer intento o bien expresar las incipientes tendencias políticas plasmando las siglas o el slogan del partido de turno. A partir de ahora será el inicio de algo nuevo a quien se le entregará el testigo del pasado. Deseo que esta simbiosis entre la sabiduría de lo “viejo” con la potencialidad de lo nuevo sirvan para hacer de las nuevas aulas un lugar en el que predominen sobre todos los intereses, el trabajo, el respeto y la solidaridad y como no, la ilusión y camaradería de una juventud con deseos de aprender y de formarse para hacer frente a una vida que seguro les va a exigir más de un esfuerzo.
Trini Grasa
La pista junto al frontón, ya no existe. En su lugar vemos como un edificio de nueva construcción va creciendo día a día y que en un futuro muy próximo supondrá la solución para la escolarización de los alumnos del Instituto. Desde estas páginas de O Fogaril quiero rendir un sentido homenaje a un espacio que fue emblemático para el instituto, para el pueblo de Aínsa y también para el resto de la comarca.
Muchos recordaréis lo mismo que yo los partidos de baloncesto y las competiciones de voleibol, con qué entusiasmo y cuantos triunfos pudimos disfrutar en el frontón, son incontables las horas que allí pasaron personas de todas las edades y de todos los pueblos cuando en ellos no había polideportivos, en él se hicieron cenas de juventud, fiestas de carnaval, fiestas de Santo Tomás en años más remotos y una fluida actividad del dia a día durante todo el año buscando el sol del invierno o los frescos atardeceres del verano, observación de lluvias de estrellas y citas amorosas o de otra índole. Cuantos niños dieron en el frontón sus primeros pasos y no fueron menos los que aprendieron a montar en bicicleta, tampoco podemos olvidar las horas de ensayo de las danzas del Viello Sobrarbe que entre entusiasmo en unos momentos y largos periodos de semiletargo ha sobrepasado el tiempo y hoy se siguen bailando, muchas celebraciones de cumpleaños etc. En el capítulo de las infracciones también merecen un recuerdo la cantidad de tejas rotas por los escaladores furtivos que trepaban hábilmente hasta el tejado al rescate de pelotas o balones a costa de las consiguientes recriminaciones o en su caso sanciones, hubo quien vivió sus primeras experiencias en escalada ascendiendo por las tuberías bajantes del tejado, otro uso frecuente fue utilizarlo como un espacio reivindicativo para los alumnos frente al profesorado, demandas de interés poco negociables mediante un diálogo normal, o simplemente para dirigirse a algún profesor en términos no permitidos en unas mínimas normas de civismo.
También ha servido como galería de arte para osados aprendices obligados a abandonar los pinceles en el primer intento o bien expresar las incipientes tendencias políticas plasmando las siglas o el slogan del partido de turno. A partir de ahora será el inicio de algo nuevo a quien se le entregará el testigo del pasado. Deseo que esta simbiosis entre la sabiduría de lo “viejo” con la potencialidad de lo nuevo sirvan para hacer de las nuevas aulas un lugar en el que predominen sobre todos los intereses, el trabajo, el respeto y la solidaridad y como no, la ilusión y camaradería de una juventud con deseos de aprender y de formarse para hacer frente a una vida que seguro les va a exigir más de un esfuerzo.
Trini Grasa
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