(Dibujo JB)
LEY DE LENGUAS
El catalán que los separa
LEY DE LENGUAS
El catalán que los separa
ESTÁN negociando en todos los frentes y a toda velocidad. Socialistas y aragonesistas intentar salvar a última hora los muebles y pactar, aunque al mínimo y al límite, el proyecto de la Ley de Lenguas de Aragón. Pero hay demasiada distancia entre ambos y mucha presión política y social como para ceder en las cuestiones más polémicas del citado proyecto. Principalmente, la denominación del catalán que hablan miles de aragoneses en la zona oriental.
Los socialistas tienen como prioridad alcanzar un acuerdo con sus socios de gobierno “antes del próximo lunes”. Incluso podrían aceptar ponerle apellidos al habla utilizada cotidianamente en las comarcas afectadas. Por ejemplo, “catalán de Aragón”. O bien buscar un compuesto entre catalán y aragonés oriental.
Como la cosa no pinta bien, el PSOE se guarda la baza de abrir negociaciones con Chunta Aragonesista y con IU para sacar adelante su proyecto legislativo. Y además por mayoría absoluta y asumiendo el coste que supone dar una imagen de ruptura entre los dos socios de gobierno.
Una de las claves es que el PAR tiene muy complicado quedarse en tierra de nadie y buscar la abstención sin haber logrado un cambio cualitativo y significativo en el contenido de la polémica normativa.
Otra es el problema interno del PAR. Sufrirá un desgaste muy grande, organizativo y electoral, si cede y acepta el catalán en cualquier opción o si se abstiene sin cerrar un pacto con los socialistas. Su espacio político se lo ha quitado el PP y tiene complicado explicar cómo sigue en un ejecutivo donde sus posiciones en una cuestión que atañe a las señas de identidad quedan arrinconadas. No es justo, pero desde el principio en este asunto han primado mucho más los intereses políticos y de partido que los relativos al patrimonio, a la diversidad y a la riqueza cultural.
El portavoz del PAR en las Cortes, Javier Allué, admitió ayer que la clave es el artículo dos del proyecto de ley, el que define como lenguas propias de la Comunidad Autónoma el aragonés y el catalán.
Allué afirmó que su partido no va a aceptar en ningún caso el término catalán, sin descartar fórmulas mixtas que asuman el aragonés y el aragonés oriental. “Hay mucho que despejar, pero hasta el momento no hemos avanzado y no hay aproximación para un acuerdo”. Así están las cosas.
Los socialistas tienen como prioridad alcanzar un acuerdo con sus socios de gobierno “antes del próximo lunes”. Incluso podrían aceptar ponerle apellidos al habla utilizada cotidianamente en las comarcas afectadas. Por ejemplo, “catalán de Aragón”. O bien buscar un compuesto entre catalán y aragonés oriental.
Como la cosa no pinta bien, el PSOE se guarda la baza de abrir negociaciones con Chunta Aragonesista y con IU para sacar adelante su proyecto legislativo. Y además por mayoría absoluta y asumiendo el coste que supone dar una imagen de ruptura entre los dos socios de gobierno.
Una de las claves es que el PAR tiene muy complicado quedarse en tierra de nadie y buscar la abstención sin haber logrado un cambio cualitativo y significativo en el contenido de la polémica normativa.
Otra es el problema interno del PAR. Sufrirá un desgaste muy grande, organizativo y electoral, si cede y acepta el catalán en cualquier opción o si se abstiene sin cerrar un pacto con los socialistas. Su espacio político se lo ha quitado el PP y tiene complicado explicar cómo sigue en un ejecutivo donde sus posiciones en una cuestión que atañe a las señas de identidad quedan arrinconadas. No es justo, pero desde el principio en este asunto han primado mucho más los intereses políticos y de partido que los relativos al patrimonio, a la diversidad y a la riqueza cultural.
El portavoz del PAR en las Cortes, Javier Allué, admitió ayer que la clave es el artículo dos del proyecto de ley, el que define como lenguas propias de la Comunidad Autónoma el aragonés y el catalán.
Allué afirmó que su partido no va a aceptar en ningún caso el término catalán, sin descartar fórmulas mixtas que asuman el aragonés y el aragonés oriental. “Hay mucho que despejar, pero hasta el momento no hemos avanzado y no hay aproximación para un acuerdo”. Así están las cosas.
JOSÉ LUIS VALERO
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