Un grupo de científicos ha presentado una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo para que se paralice el previsto arranque del acelerador de partículas LHC del CERN ante el peligro de que genere agujeros negros.
El comienzo del funcionamiento del LHC o Gran Colisionador de Hadrones (en inglés, Large Hadron Collider o LHC) está programado para el próximo 10 de septiembre en el CERN, el Laboratorio Europeo para la Física de Partículas situado en un túnel bajo la frontera franco-suiza.
La queja ha sido firmada por varios científicos, entre ellos el profesor de bioquímica alemán y teórico del caos Otto Rössler, y ha sido coordinada por el vienés Markus Goritschnig. Según dijo Goritschnig a la agencia suiza ATS, los demandantes lamentan que no se haya efectuado un examen de riesgos exhaustivo sobre el proyecto del acelerador igual que el que se hace, por ejemplo, con las centrales nucleares.
Afirman que la colisión de partículas en el acelerador podría provocar la aparición de pequeños agujeros negros capaces de aspirar el planeta y hacerlo desaparecer. "El riesgo es suficientemente alto para que el proyecto sea detenido", argumentan. El Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN, en francés) está examinando la denuncia, según declaró el portavoz James Gillie, quien recordó que la organización mantiene su postura de que no hay motivos de preocupación, pues el LCH no hace nada que no se produzca de forma natural en el Universo.
El próximo 10 de septiembre, millones de protones recorrerán los 27 kilómetros del LHC en un solo sentido, con el objetivo de ver si funciona correctamente, pero no se producirán choques de protones hasta pasados unos meses, cuando alcance su máxima potencia y cuando se iniciará la obtención de datos.
El objetivo del LHC es ayudar a desentrañar misterios como la estructura última de la materia, las propiedades de las fuerzas fundamentales y las leyes que gobiernan la evolución del Universo El colisionador consiste en un enorme anillo de imanes superenfriados en 27 kilómetros de circunferencia.
La seguridad del acelerador -el más potente del mundo- ha sido motivo de debate durante años, y el pasado mes de marzo, un grupo de críticos puso una demanda en un tribunal de Hawai (EEUU) aduciendo que existía "un riesgo significativo de que la operación tenga consecuencias que puedan resultar en la destrucción de nuestro planeta".
EFE. Ginebra
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