Antonio "o fotografo" de Casa Lagraza

Antonio Buil ha ganado el “David Gómez Samitier” de fotografía.

BARBASTRO.- “Alegría inmensa” fue la primera sensación de Antonio al saber los resultados del II Premio Internacional de Fotografía en memoria de su buen amigo David.

“La fotografía me llevó a la naturaleza de su mano y es un orgullo lograr este premio que refuerza el ánimo para seguir la misma línea que nos inspiró”.

Las connotaciones sentimentales no pasan desapercibidas y pesaron mucho al presentarse al Concurso. “Me considero obligado a participar pero la del año pasado no fue una foto tan llamativa en impactos visuales, que es lo más atractivo”.

La foto “está tomada en Laspuña, en una zona donde los buitres acudían al antiguo muladar”. Además tiene el añadido de una jornada invernal con unos Pirineos nevados. “Le da realce pero al estar tomada con teleobjetivo queda lejana. En verdad, busqué más a los buitres cuando bajan a comer”.

El título “equilibrio sostenible” está relacionado con el “desarrollo sostenible que tanto usan los políticos en sus intervenciones aunque, en la práctica, es diferente”.

Antonio afirma que “las fotos siempre llevan mensaje. A veces se ve y otras no tanto, pero todas dicen algo. De ésta se pueden sacar varios”. Una de sus primeras imágenes expuestas, en blanco y negro, fueron las abarcas que reflejaban la sequía de esa época en la que apostaba más por fotos-denuncia.

“Ahora no queda más remedio que hacerlas por cuestiones sentimentales porque no es rentable. Aquellas abarcas son de la primera muestra que no sé cómo me atreví a organizar porque estaba a punto de ir a la mili”.

Además del “David Gómez Samitier” ha ganado varios sobre reportajes sociales: Lucien Briet, Rally Fotográfico de Graus, “el más importante porque, con independencia de la dotación, da prestigio. Javier Ara, con accésit, es uno de los mejores fotógrafos aragoneses en naturaleza y Raúl Esteban en la misma línea”.

La clave para lograr una buena foto es “paciencia, tenacidad, tiempo y luz, además de conocer bien las costumbres de los animales y, en esas labores, David era un experto”.

Natural de Coscojuela y vecino de Barbastro, donde está “a gusto pero las escapadas al Pirineo ayudan a forjar el espíritu. Estar en el ibón de Urdiceto, por ejemplo, es maravilloso”.

(Noticia del Diario del AltoAragon)