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15 oct 2007

Tributo del Zinca.

Publico el Correo enviado por Mingo Cleto como continuacion de uno de los comentarios realizados en el post "me enamore del mar".

.-Siguiendo con el relato que me contaba mi padre sobre el fallecimiento del “Abuelo de Chansoro”.
Me decía: ese día bajaban cinco nabatas de Laspuña guiadas por:
El Abuelo de Cazcarra
El abuelo de Tau
Seño Pepito Bajulesia
Seño Serafín d’o Molino
y Antonio Cazcarra( hijo del abuelo Cazcarra)

Vieron que bajaba mucho agua y pensaron que mejor sería dormir esa noche en Arasanz y al otro día pasar el Entremón.
Detrás de ellos bajaban las cuadrillas de nabatas de Puyarruego y Belsierre: Ellos, decidieron pasar.
Mi padre era uno de los que bajaba en una nabata con Tío de Chuanico de Belsierre y me relataba que bajaba tanta altura de agua en el Entremón que tuvieron que quitar “el ropero” para poder pasar. Felizmente pasaron así como las restantes nabatas de Puyarruego y Belsierre.
Al día siguiente, las nabatas de Laspuña lo intentaron, bajaba menos agua, consiguieron pasar todas con éxito menos la que guiaban El abuelo de Cazcarra y el Abuelo Chansoro. Al entrar en el Entremón choco con la pared se les dio vuelta y atrapó debajo a los dos. Ellos estaban comiendo y vieron como bajaban todas y también vieron que salía el Abuelo de Cazcarra agarrau en “o madero lapazón” de la nabata. Salto en una rasa ( La Silla) y la nabata siguió río abajo. Me dijo que Xto Majo fue el que subió a laspuña a dar la noticia.
Al preguntarle si encontraron al Abuelo Chansoro. Me decía: no, no lo vimos.
Sigue contándome: Al cabo de quince días estaban parados en “a Pila de Liguerre” comiendo con Palacín de Belsierre y oyen gritos que decían:… ¡que baja un “bulto” por o río¡. Saltaron al agua y en “a Tolla el Coro” vieron que era el cadáver del Abuelo de Chansoro. Lo recogieron y me comentaba:” llevaba “o chaleco abotonau”, “os pantalons remangaus” y conservaba a cartera que entonces se llevaba”. También me decía que durante esos quince días desde el accidente: Martinez ( el padre de José Antonio y Miguel Ángel) bajaba a dar vueltas por el río a ver si lo veían.
Seguimos hablando. Y al decirle que si este acontecimiento ocurrió por el año 52 , 53. El me decía que creía que no porque a partir del 49 y los primeros años de los 50 sólo bajaban algunos de Belsierre hasta El Grado y vendían los maderos por allí pero que duró poco.
Mi padre, me seguía diciendo que el creía que el Abuelo Chansoro murió hacia el año 43. Porque el cree recordar que cuando ocurrió este hecho fue antes de él ir a la mili y el fue en el año 44.
Pensemos navegadores que mi padre tiene en la actualidad 84 años y está contándome hechos de hace unos 60 años.
He querido con mucho agrado, por mi parte, contar estos hechos para que sirva de un pequeño sentido homenaje: al Abuelo Chansoro, a todos los nabateros mencionados y a los no nombrados que en esos tiempos hacían de su arriesgado y esforzado trabajo: su profesión y su medio de vida.

3 comentarios:

  1. .... En posteriores conversaciones con mi padre le pregunte si me podía dar más detalles. Como por ejemplo: ¿ quienes eran los que guiaban cada una de esas cinco nabatas? y él me contesto:
    ..."Ese viaje bajaban la madera desde Laspuña a Tortosa. Las nabatas de laspuña pertenecian a la compañía de "los Lavillas". Concretamente iban dos en cada nabata:
    1.- El Abuelo de Cazcarra y el Abuelo de Chansoro.
    2.- Seño Francisco de Tau y Antón de Monclús
    3.- Seño Serafín d'o Molino y seño Joaquín de Campo
    4.- Seño Pepito Bajulesia y Xto Majo.
    5.- Antonio Cazcarra y Villa de Lagraza.
    También me decía que en ese viaje de la trágica muerte del abuelo de Chansoro. En las nabatas de Puyarrruego y Belsierre que bajaban madera de la Compañia de Mariano Pallaruelo de Puyarruego bajaban: a parte de él, como nabatero de laspuña, otro nabatero de laspuña que era Seño Luisé de Sastre.

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  2. Esta historia es muy bonita, pero pobre abuelo de Chansoro y a sus compañeros que lo devieron pasar muy mal.
    Espero que ahora esten bien en el cielo.
    Marta de ignacio

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  3. Madre mia! se me han puesto los pelos de punta al leer esta historia tan real como la vida misma. Cuesta imaginarse lo que debía ser guiar una nabata tan lejos de casa y con tantos peligros... y supongo que muchos sin ni siquiera saber nadar.
    Como dice Marta, espero que esten bien el cielo, ya que se lo ganaron a pulso.
    Viva las NABATAS y viva los valientes NABATEROS!!

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